CARIES
Hay que tener en cuenta que la caries dental es la enfermedad crónica infantil más común*.
*(Fuente: S.E.O.P. (Sociedad Española de Odontopediatría).)
La alimentación actual de los más pequeños incluye de forma preocupante el consumo habitual de productos industriales que ocultan gran cantidad de azúcar lo que está incrementando de forma brusca la aparición de nuevas caries y la velocidad con la que éstas destruyen los dientes en los niños, siendo cada vez más frecuente los niños que desarrollan su primera caries antes de cumplir el primer año de vida.
Es una evidencia científica que los niños que tienen una atención dental temprana y visitan asiduamente al odontopediatra tienen menores índices de caries y mayores posibilidades de desarrollar una mordida correcta disminuyendo así la necesidad en el futuro del uso de correctores dentales.
No hay que olvidar que la caries es una infección bacteriana y que su evolución es la misma en adultos que en niños, pero en estos últimos además puede ser causa de riesgos añadidos.
La caries en los dientes temporales o de leche tiene además el riesgo de poder contaminar el saco donde se está formando el futuro diente definitivo e infectarlo también si no se actúa a tiempo.
Además la extracción de un diente de leche supone una alteración de la secuencia normal de erupción de los dientes definitivos (cuándo y dónde salen) y altera el ritmo de crecimiento normal de los huesos que los albergan (maxilar superior y mandíbula) que es lo que determina una correcta mordida.
Las revisiones cada 6 meses desde la erupción de los primeros dientes es lo que permite al odontopediatra actuar a tiempo ante cualquier problema que se presente inesperadamente en la boca de un niño.
Aunque el desarrollo de los maxilares y de la dentición es un proceso que dura hasta el final de la adolescencia, muchos problemas funcionales y de estética pueden ser corregidos de forma preventiva desde la infancia, sin necesidad de recurrir en el futuro a tratamientos más complejos.